sábado, 1 de noviembre de 2008

Mensaje sin Botella 39

Sobre héroes y tumbas

Así que tras realizar un par de llamadas y asegurarme de que los sicarios y francotiradores llegaran a casa de mi biógrafo, me preparé para ir a la fiesta de Halloween. Halloween es una buena fiesta, en ella tienes la oportunidad de ligar más, pues es cuando se aprovechan de ti las chicas a las que les gusta la necrofilia, y los que van disfrazados de muertos vivientes hacen de esa noche su gran noche. Pero tampoco pasa nada por no ligar, si en una noche del año tienen que darte calabazas ... es en esta. Yo por supuesto no me hizo falta buscarme un disfraz, adopté una de mis personalidades, Súper héroe, y dentro de este abanico de súper héroes, el de Super Zombi. Cuidado que ser súper zombi no es nada fácil, imaginaos una pelea por el control de la estrella de la muerte al borde del precipicio en el fin del mundo, y que tu ya para empezar estás herido, con dos costillas fuera y un ojo colgando. Siempre estás en desventaja y sobre todo que el malo se queja de lo mal que hueles, que ahí ya si que he protestado yo más de una vez y le he dicho “oye si aun no me he puesto el disfraz, si voy de calle”. Y es que mis experiencias como súper héroe han sido traumáticas, sobre todo desde que conocí a Sara. Vale que yo quiera salvar el mundo, y que el mundo incluye a mis amigos, pero maldito el día que se me ocurrió decirle que si necesitaba ayuda solo tenía que gritar mi nombre y allí aparecería. La primera vez fui raudo y veloz, tras escuchar el grito “Chemaaaa” aparecí en una plaza de Salamanca y allí estaba ella, de pie, con una bolsa de Lacasitos en la mano casi llorando y me dice... “es que no consigo abrir la bolsa, tiene el nudo muy fuerte”. Yo, después de casi vomitar porque me había tragado dos abejas de camino, ya que como iba de Súper gaviota pues llegué volando, la miré le abrí la bolsa y me largué. Cuatro horas después volví a escuchar el grito, nervioso, impaciente pero preparado me enfundé el traje de Súper licuadora y aparecí en Salamanca, justo en la puerta de su habitación.... “¿Me puedes arropar? Es que hace frío, y sino no me duermo”. A veces necesito una botella de wiskhy e imaginar prados y de nieve blanca y es que me llama como 24 veces al día para cosas de este estilo. Ya no voy volando, cojo el autobús, me he sacado un abono mensual que me lleva hasta Salamanca pasando por Talavera de la Reina donde me bajo a cambiarme en la única cabina de teléfono que queda en España con cristales. Que el otro día me estoy poniendo mi traje de Súper Topo y una señora me increpaba golpeando la puerta.. “que tengo que hacer una llamada” “joder señora que tengo que salvar el mundo espérese”... total que al final me vestí fatal. Yo creo que por eso Superman se puso los calzoncillos por fuera la primera vez, y es que una jubilada no paraba de molestar a la puerta de su cabina de teléfono mientras se enfundaba el traje, y claro luego ya no pudo cambiarse el look. Porque todo el mundo le había visto ya. Lo dicho, ser súper héroe es difícil, lo das todo por las personas que quieres, pero nadie sabe apreciar tus poderes o tus ganas de luchar contra los malos... un momento ... oigo algo, “Chemaaaaaaaa” Creo que es Sara, ah si, es la hora de que le lea su cuento. Me voy a salvar el mundo, y como digo siempre antes de una misión... Volveré ...más fuerte, más rápido, pero no más alto.

Chema
1/11/08

1 comentarios:

Anónimo dijo...

¡¡Chemaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! ¡¡Socorrooooooooooooooooooooooooooo!!
Sálvame que me hice un autorretrato y me quedé metido dentro de la cámara.
Bonito Blog. Lo visitare de cuando en cuando.
Tú si te apetece puedes visitar mi Web y mi Espacio.
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Besos de tu tío Carlos