jueves, 16 de octubre de 2008

Mensaje sin Botella 26

Hay momentos en la vida que se recuerdan por una frase


¡Si señora! Irene (perú) mi compañera de curro, lo hizo. La encargada, que mejor no describirla, se puso mandona, y la loca de mi compañera le soltó.. “Hazlo tú!”. ¡Que grande! ¡Que le pongan un monumento! Y es que creedme, ha sido una gran frase y yo soy especialista en grandes frases. Conozco miles. Todo empezó de pequeño cuando el médico tras arrebatarme del vientre materno me quiso dar las dos palmaditas en el culo de bienvenida al mundo y yo me giré y le dije “oye pendejo de mierda como me toques una nalga te arranco los párpados con el bisturí” el médico se giró a mi madre y le dijo “o su hijo es mexicano o rapido en el habla”. Pero frases importantes hubo más, pero sobre todo hay que saber entender lo que dicen, por ejemplo... “Oh ¡Que bueno eres!” ¡Cuidado! ¡que se puede utilizar mal! Recuerdo la primera vez que la oí, me levanté en casa de una chica con la que acababa de pasar la noche y estaba muerto de hambre, fui a la cocina y me preparé un desayuno delicioso, pero ella, como un maldito gato, debió escucharme y embutida en su sabana se despertó diciendo con una voz aguda “¡Oh ¡Que bueno eres! me has preparado el desayuno!” y yo con cara de tonto con la taza en la mano, la magdalena en la otra... quieto sin saber que hacer... mirándola, mirándome, ¿y que hice? Pues lo que debía hacer... beberme el colacao súper rápido a la par que me metía la magdalena entera en la boca, no sin a la vez secar con los calcetines todo lo que iba cayendo al suelo. Ella abrió la puerta y yo, con la barba llena de migas me marché de allí para no verla más, peor que buena estaba la magdalena. Y no fue por no ser romántico, que lo soy, una vez me llevé una prostituta a casa y a la mañana siguiente le llevé el desayuno a la cama, me miró con una cara, y ya cuando le dije... bueno nos damos el móvil y te doy toques mientras trabajas. Pero la frase por excelencia es “Te quiero” yo recuerdo la primera vez que la dije, al panadero que hacia tartas en mi barrio y la primera vez que me la dijeron, cuando descubrí mi vocación como corredor de velocidad. Allí estaba ella frente a mi con los ojos llorosos, yo pensaba que me iba a pedir dinero y va y dice.. “te quiero”. El entrenador siempre le cuenta la historia al resto del equipo.. “yo le vi correr por la acera a una velocidad que dije... este a las olimpiadas fijo”. Así que decidimos formar equipo entre ella y yo. En las competiciones yo me colocaba para salir a correr y ella se situaba justo detrás mía, entonces cuando el juez daba el pistoletazo de salida ella decía cosas como “podríamos ir a vivir juntos” “no me ha bajado la regla” ... y ganaba siempre! Lo peor era que luego no me encontraban para que regresara a recoger los premios en el podium. Pero se terminó, ella me dejó, ¡por otra frase!, mientras hacíamos el amor le dije “cariño, habría que pintar el techo”. Aun estoy pagando el dentista por los dos dientes rotos y el techo sigue sin pintar. Así que a falta de que os cuente otras historias de frases memorables me despido con una que todos recordaréis ... “Tócala otra vez Sam” ... Y Sam se levantó y le puso una mano en la teta...


Chema

04/10/08

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