Mensaje con prospecto y balones
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Paso 2: Cuando empiece a sonar la música..leer el Mensaje.
Hoy iba por la calle, camino de mi casa cuando a unos niños se les ha escapado el balón, y uno de ellos ha dicho “señor, ¿me puede pasar la pelota?”, no es un spot publicitario de Sprite, ni un monologo echo por un humorista que pasa los treinta y se siente mayor. ¡Me lo han dicho a mi! Que me siguen pidiendo el carnet en algunas discotecas!. Así que... me he puesto a jugar con ellos un rato. Y ha sido divertido, algunas madres me miraban extrañadas, pero ellos me vacilaban un montón, “¡cuidao que se cae que se cae!” decían. ¡¡Llamarme a mi señor!!! ¡Por Dios! Les he ganado de paliza, a los ocho!. Se acordaran de mi en su próximo cumpleaños cuando al soplar las nueve velas les duelan los dientes de las ostias que les he dado. Ahora, eso si, yo no puedo ni agacharme, que dolor de huesos... También es que hoy he debutado con Molina, Alvaro y el resto como portero del equipo. Ha sido divertido, y es que ser portero me gusta, tiene muchas ventajas, al tener esos guantes para parar, tus manos son más grandes que las de tus compañeros, y eso es bueno. Por ejemplo para saludar por la calle, antes cuando saludaba a alguien desde la otra acera no me veían, no me hacían caso incluso cuando me ponía delante de ellos y les gritaba a la cara HOLAAAAAA!!! nada. Pero ahora con estas manos tan grandes es diferente. Puedo chocar los cinco con Molina, que antes me perdía en su palma sin llegar a rozar los dedos. Puedo tocarle el culo a las chicas y abarcar las dos nalgas. Cuando levanto la mano en clase, los de atrás no ven. Tener las manos grandes tiene muchas ventajas pero ser portero no tantas, ahora tengo el tic de querer pararlo todo. El otro día en la frutería me lanzaba en plancha hacia las manzanas que caían, y como vea un lugar con forma de portería me pongo en posición y queda un poco ridículo, ayer por ejemplo esperando en la parada del autobús le digo a una viejecita “señora, o se mueve hacia un lado y me tapa el palo izquierdo o cubra al calvo ese, pero no se ponga en el centro que no me deja sitio” Pues lo peor es que me metieron gol. Y eso que solo esperábamos el autobús. Eso sí ver como lo celebraban las viejecitas levantándose la camiseta no mola nada!
Chema
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